viernes, 2 de mayo de 2014

LA PARADOJA DE SER CRIADOR.

Esta entrada tiene que ver más con la filosofía pajaril,que con algún determinado método en particular. Aunque claro está que detrás de una determinada forma de actuar o aplicar un método lo que subyace es la filosofía del propio criador.

Para ser un buen criador,o mejor dicho,para ser un criador con pretensiones de competir con éxito en concursos,hay que tener claro los conceptos básicos que se quieren alcanzar y aplicarlos ejerciendo una despiadada selección.Eticamente solo se puede defender la bondad del criador si entendemos que los animales estan en una escala inferior respecto al ser humano,si eso no fuera así y considerásemos a los animales como iguales,toda selección con fines meramente crematísticos u ornamentales sería tan reprobable como lo fue en su día la eliminación o "perfeccionamiento" de una raza de seres humanos que se creía superior al resto de las razas(y no solo incluyo el genocidio de los judíos por los nazis,sino que esta corriente ya venía de antes y tambien fue aplicada por los Estados Unidos,Peru y otros países que la aplicaron a menor escala esterilizando a aquellos individuos que por su minusvalía o raza debían ser "eliminados" de la faz de la tierra).

Por lo que en mi opinión un criador competitivo no puede dejarse llevar por el cariño o apego por un pájaro concreto,sino más bien se debe considerar asi mismo como un ganadero,(para el que sus animales son meros productos,a los que no pone nombre sino un frio e impersonal número)  que en vez de buscar el beneficio económico busca la satisfacción personal de alcanzar un estandar estético y artificial.
No digo con ello que un criador no quiera a sus animales,sino que anteponemos la consecución de un objetivo llamado estandar al cariño que le podamos tener a un determinado animal,nuestro criterio de selección debe ser lo más racional  posible evitando caer en sentimentalismos.
El amor por un individuo concreto y su selección objetiva son conceptos antagónicos,solo se puede seleccionar desde el amor a una raza,considerando a los individuos como piezas de un puzzle inacabable llamado estandar.

Esa es nuestra paradoja,el tener que desnudar de sentimientos nuestras decisiones,para así poder alcanzar lo que queremos con tal pasión,que por ello gastamos tiempo,dinero y esfuerzo durante años.

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